Los estudios experimentales en sujetos voluntarios han demostrado que una persona puede tolerar
descompresiones relativamente severas sin dificultad aparente, siempre que la vía aérea permanezca
abierta durante la descompresión. La descompresión desde 8.000 a 35.000 pies (7.5 libras/pulg. de
presión diferencial) en 0.9 segundos y de 10.200 a 35.000 pies (6.55 libras/pulg. de presión diferencial)
en 0.75 segundos fueron toleradas por sujetos entrenados sin mayores problemas.
Considerando los efectos fisiológicos de una descompresión rápida, deben diferenciarse dos
problemas:
A. EFECTOS DURANTE LA DESCOMPRESION RAPIDA:
- Lesiones pulmonares por expansión del aire atrapado en la vía respiratoria.
- Succión hacia el espacio exterior.
B. EFECTOS DESPUES DE LA DESCOMPRESION RAPIDA:
- Hipoxia Aguda.
- Enfermedad por Descompresión.
- Exposición a frío extremo
Estas dificultades de interacción se manifiestan en diversas alteraciones: falta de respuesta a las emociones de otras personas, falta de modulación de la conducta de acuerdo con le texto social, el pobre uso de las señales sociales, así como pobre integración de las conductas socioemocionales y carecía de reciprocidad emocional.
Conjunto de características o síntomas que define una enfermedad y por extensión una psicopatología.
La denominación de las diversas síndrome suelen estar referida al nombre de su descubrir (síndrome de don de GANSER D KLINFELTER DE PATAN etc.) o bien al carácter más relevante o más fácilmente constatable (síndrome de down de únicos, del lóbulo frontal, del grito del gato, etc.) c.v. síntomas enfermedad.
La denominación de las diversas síndrome suelen estar referida al nombre de su descubrir (síndrome de don de GANSER D KLINFELTER DE PATAN etc.) o bien al carácter más relevante o más fácilmente constatable (síndrome de down de únicos, del lóbulo frontal, del grito del gato, etc.) c.v. síntomas enfermedad.
Síndrome de descompresión rápida, término para denominar a la enfermedad aguda conocida en medicina como embolia gaseosa producida por una disminución brusca de la presión atmosférica. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de pequeñas burbujas e inflamación a nivel subcutáneo, pero el síntoma inequívoco es la aparición de un fortísimo dolor, que afecta a diversas partes del cuerpo. Ciertas regiones corporales pueden sufrir parálisis transitoria y en ocasiones se producen lesiones permanentes e incluso la muerte.
El síndrome de descompresión rápida se conoce como enfermedad de los buzos.
La primera vez que se observó este proceso fue en 1839, y pronto fue conocido entre los buzos y los trabajadores que debían permanecer durante periodos prolongados en cámaras de aire comprimido. Los síntomas aparecían cuando volvían a las condiciones atmosféricas habituales.
Síndrome de descompresión rápida, término para denominar a la enfermedad aguda conocida en medicina como embolia gaseosa producida por una disminución brusca de la presión atmosférica. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de pequeñas burbujas e inflamación a nivel subcutáneo, pero el síntoma inequívoco es la aparición de un fortísimo dolor, que afecta a diversas partes del cuerpo. Ciertas regiones corporales pueden sufrir parálisis transitoria y en ocasiones se producen lesiones permanentes e incluso la muerte. El síndrome de descompresión rápida se conoce como enfermedad de los buzos.
La primera vez que se observó este proceso fue en 1839, y pronto fue conocido entre los buzos y los trabajadores que debían permanecer durante periodos prolongados en cámaras de aire comprimido. Los síntomas aparecían cuando volvían a las condiciones atmosféricas habituales. La única medida terapéutica que se conocía consistía en devolver a la víctima a una cámara de alta presión, e iniciar la despresurización de manera lenta y progresiva. Se ignoraba la causa de los síntomas.
Durante la II Guerra Mundial la evolución de la aeronáutica permitió que los aviones alcanzaran más de 9.000 m en 6 minutos; a esa altitud, la presión atmosférica es inferior a un tercio de la presión atmosférica a nivel del mar. Una descompresión tan brusca conducía con frecuencia a la aparición de un síndrome de descompresión en el piloto. Con este motivo se empezó a estudiar en profundidad el mecanismo de la enfermedad: un descenso brusco de la presión del aire produce una disminución de la solubilidad de los gases en solución, y por tanto los gases disueltos retornan al estado gaseoso dentro de la corriente sanguínea, formando burbujas de aire. Estas burbujas de aire liberadas dentro de la corriente sanguínea pueden obstruir algunos de los vasos terminales (arteriolas), interrumpiendo el aporte sanguíneo a las terminaciones nerviosas, desencadenándose así los síntomas que se producen a consecuencia de cuadros isquémicos (infartos) en diferentes zonas, cerebrales, óseas, renales, etc. El oxígeno y el dióxido de carbono vuelven a su estado soluble dentro de la sangre con rapidez, pero el nitrógeno permanece en estado gaseoso y es por tanto el principal responsable. Se puede prevenir la aparición de esta enfermedad haciendo que el piloto respire oxígeno puro no sólo durante el vuelo, sino también antes del mismo. De esta manera se elimina el nitrógeno de la circulación.
